Violencia escolar: un tren que avanza sin parar
Diversos especialistas coinciden
en que el origen del problema se halla en el ambiente familiar donde se
desarrollan, así como a la falta de valores que se deben promover desde su
núcleo
La amplitud de sus pasillos y columnas resaltan lo imponente de la construcción, a pesar de los daños evidentes que muestra la estructura |
El Liceo Fermín Toro se
caracterizó durante muchos años por ser un baluarte de grandes pensadores y
figuras del acontecer nacional. Junto al Liceo Andrés Bello y el Gustavo
Herrera, este plantel fue uno de los liceos públicos más codiciados del país.
Hoy, la institución ha sido un bastión para la propagación de la violencia
escolar, situación que se agrava ante la escasez de políticas mancomunadas que
intenten disminuir los conflictos en el plantel y fomentar la cultura de paz.
Según una investigación hecha por el Centro Gumilla en 2010, el 73 % de los estudiantes de los
planteles públicos y privados del área metropolitana de Caracas ha presenciado
situaciones violentas dentro de su casa de estudio. Entre las razones por las
cuales pelean, 51 % de los encuestados asegura que fue por enojo y un 28 % como
respuesta al haber sido golpeados, seguido de un 25 % que asegura que se deben
a peleas en grupo.
El caso más conocido de
violencia dentro del plantel fue el del profesor Robert Eduardo Jeréz, de 30
años de edad, quien en 2011 fue golpeado brutalmente por un grupo de
estudiantes de bachillerato cuando se disponía a entregarles notas a sus
alumnos de primer año. “Robert es el octavo profesor agredido en esa
institución en dos años”, reseñó Deivis Ramírez al diario El Universal deCaracas.
Una funcionaria del
plantel, quien prefirió reservar su nombre, informó que otros profesores fueron
agredidos entre 2011 y 2013 sin que estos casos salgan a la luz pública. “El
profesor Oscar Herrera también fue víctima de una golpiza tremenda, acudió a
fiscalía, al distrito escolar y a todos los canales regulares, pero no obtuvo
respuesta alguna por parte de las autoridades”, indicó la trabajadora.
Pero la violencia no solo
se dirige a los docentes. Dentro del plantel, muchos estudiantes son víctimas
de ataques por parte de otros compañeros, quienes intentan imponer su superioridad
sometiéndolos a sus órdenes mediante golpes, insultos y agresiones con materiales
de la institución educativa.
“Ahorita hay un
problema entre un niño que vengo tratando desde hace cuatro años y unos
representantes, cuyos hijos fueron agredidos con nitrato de plata. El muchacho
violentó el departamento de química, tomó el componente y lo vertió en la cara
de sus compañeros. Los padres van a acudir a la fiscalía, pero ya mi
trayectoria en el liceo me permite ver que aquí lo que prospera es la impunidad”,
aseveró la empleada.
Una estatua de Fermín Toro permanece rayada por grafitis en la plaza que lleva su nombre |
Según el personal del liceo, estos delitos son manejados por personas externas a la institución.
“Las niñas le cobran a
sus compañeros de clase por tener sexo con ellos y con personas de afuera. Hay
muchachas que invitan a otras porque son remuneradas y las van envolviendo en
la prostitución. Estas tienen personas que las captan para eso y ejercen
afuera, pues este es el centro de operaciones de ese grupo”, agregó la
trabajadora del plantel.
Para algunos expertos
en la materia, la raíz de la violencia escolar se debe a que la escuela tiene un
área limitada de toma de decisiones, pues la institución solo puede actuar ante
actos de desobediencia mediante procedimientos pedagógicos. Cuando existen
hechos violentos, el plantel tiene el deber de denunciarlo ante las autoridades,
lo cual pone en peligro la integridad física de los docentes en caso de que los
victimarios pertenezcan a bandas delictivas.
“Si el adolescente
comete delitos, la escuela no puede intervenir porque no son policías y una
respuesta inadecuada puede generar problemas entre el victimario, la víctima y
el entorno. Pero desde mi punto de vista, al momento de hacer las denuncias el
tribunal debe tomar medidas de protección contra el denunciante y la
institución”, afirmó el coordinador de proyectos del Centro de Investigaciones
Jurídicas de la UCAB, Carlos Trapani.
Para la ex ministra de
la Familia y socióloga, Mercedes Pulido, la raíz del problema radica en el
ambiente violento en el que se desarrollan los niños, donde no existe algún
tipo de credibilidad por la autoridad ni respeto por las normas, factor que se
une a la escasez de actividades extracurriculares que aumentan el ocio.
“En la medida en la que
no se tiene una valoración del ambiente educativo de los liceos, donde se han
eliminado las actividades particulares, los clubes de ciencias y de
tecnología, las alternativas de
expresión de tendencias son muy pocas. Por eso la solicitud de ingreso a las
orquestas juveniles e infantiles es altísima, porque los padres lo que quieren
es que el niño esté haciendo algo”, agregó la ex ministra.
Unas escaleras, ubicadas en un sector alejado del plantel, son utilizadas como urinario |
Otros aseguran que la fragmentación
de la familia venezolana y la ausencia de la figura paterna o materna dentro
del núcleo familiar es otro catalizador de la violencia, pues los niños se
forman sin ningún tipo valores y con pocos referentes dentro de la familia.
“Hay que agregar que
los niños no solo viven con los padres, sino también con los abuelos o tíos.
Hay un núcleo familiar extendido, donde no se establecen límites o se tienen
diferentes lineamientos. Al tener la mamá unas normas y las tías o abuelas
otra, el niño crece sin acostumbrarse a respetarlas. No las sigue porque es más
fácil quebrantarlas”, afirmó la psicopedagoga Anabel Silva.
La funcionaria del
Fermín Toro coincide con esta afirmación, al indicar que la violencia forma
parte del día a día de los estudiantes y es la única forma de resolver sus
conflictos. “No tienen otra forma de comunicarse sino a través de la violencia
física, verbal y psicológica. Aquí hasta el trato diario, para saludarse con
sus amigos, es violento y con insultos”, agregó.
En el caso del profesor
Jeréz, este acudió a los organismos competentes, realizó las denuncias y no
recibió respuesta alguna, lo cual lo llevó a presentarse ante los medios de
comunicación. Al darse a conocer su caso, el maestro recibió amenazas por parte
de la ministra de Educación, quien le advirtió que rescindiría su contrato si
seguía acudiendo a los medios.
“Al muchacho que lo
agredió, de nombre Danny, le tuvieron que pasar las materias por control de
estudios y lo terminaron graduando de bachiller. Ese fue su premio por su
agresión”, informó la funcionaria del liceo.
Los expertos coinciden
en que para abordar el tema de la violencia escolar se debe tener una
cooperación entre la familia, el plantel y las organizaciones, pero para ello
requieren de una respuesta contundente de las instituciones del Estado cuando
se cometen hechos delictivos, como en el caso del profesor Jeréz.
Lo que antes era la casa del mayordomo del colegio, hoy se reduce a solo las bases |
“Se está generando en
la institución educativa esa sensación de impunidad. La ley no genera
impunidad, lo que la genera es la interpretación de la misma, la falta de
políticas y la debilidad estructural del Estado”, señaló Trapani.
El bullying: una nueva forma de violencia
El bullying: una nueva forma de violencia
El bullying, término que en inglés significa intimidación, es una
práctica recurrente en el sistema educativo venezolano. Se caracteriza por la
burla sistemática entre los jóvenes, así como la humillación permanente por las
condiciones físicas, raciales o sociales del afectado.
Otra práctica
relacionada con el bullying es el uso
de las nuevas tecnologías para acosar a un individuo mediante ataques por
correo electrónico, las redes sociales y los teléfonos móviles. Esta práctica
es conocida como cyberbullying o
ciberacoso.
“Tuvimos un caso en el
2008 en el que unos estudiantes pusieron a rodar fotos de una muchacha de 5to
año desnuda. Imprimieron sus fotos y las pegaron en las columnas del patio. La
muchacha tuvo que ser asistida psicológicamente y casi se retira del plantel”,
aseveró José Manuel Rodríguez, coordinador de bachillerato del Colegio Fray
Luis de León, ubicado en Caracas.
Para la psicopedagoga
Anabel Silva, tanto el acoso como el ciberacoso tienen el mismo origen de la
violencia escolar: la familia. A su juicio, la escasez de valores en el núcleo
familiar fomenta la burla como instrumento para obtener respeto y sentir
superioridad sobre otros.
“No hay respeto en la familia,
ni hacia tíos, ni abuelas, ni hermanos, por lo que aprenden que el modo de vida
es burlándose y riéndose de las debilidades de otros. Así se vuelven un ser
acechador y nocivo para cualquier ambiente escolar”, agregó Silva.
Al ser un problema
surgido en los últimos años, producto de los avances tecnológicos, no existe
una ley en Venezuela que lo regule, por lo que las víctimas de esta práctica
carecen de respaldo legal ante los organismos competentes. “Para la ley de la
mujer si está establecido el acoso, pero para los varones no existe”, señaló
Trapani.
Para Mercedes Pulido,
el surgimiento del bullying y el cyberbullying como práctica recurrente
en los planteles plantea un nuevo escenario para los entes involucrados, pues
la discusión del tema es la única alternativa para solucionarlo.
“El gran problema es
que no puede ser un problema oculto, tienes que hablar de él públicamente, sino
no hay escogencia entre el bien y el mal”, añadió.
Restos de basura permanecen en un salón, a la espera de ser recolectados |
Carlos Trapani, quien es también secretario general de Cecodap, coincide con esta afirmación e indicó
que la responsabilidad en el tema del bullying le compete a todos. “El Estado
no puede solo en el tema del acoso, tiene que haber una cooperación entre
Estado, familia, escuela y sociedad. Es una responsabilidad mixta”, recalcó.
Soluciones
al problema
Un informe publicado por Unicef en 2011 señala que el Estado debe promover la pluralidad dentro de
los planteles y el respeto hacia las diferencias, mediante actividades que
fomenten el reconocimiento de las diferencias y la diversidad en los planteles.
Unicef también apunta
que el Estado debe impulsar investigaciones que expliquen la violencia escolar
desde ópticas particulares, así como tratar los temas estructurales
relacionados con ella, tales como la discriminación y los problemas familiares.
Según los trabajadores, la población del Liceo Fermín Toro es de 1800 estudiantes aproximadamente |
Para Mercedes Pulido,
la solución a la violencia escolar pasa por el reconocimiento de la misma como
un problema y no referirse a ella como una tendencia, tal como lo aseguró la
ministra de Educación, Marian Hanson.
“Al discutirse públicamente el problema se tiene que ir al debate, de donde tienen que surgir los parámetros de lo aceptado y de lo no aceptado, así como el costo de lo no aceptado”, indicó Pulido.
“Al discutirse públicamente el problema se tiene que ir al debate, de donde tienen que surgir los parámetros de lo aceptado y de lo no aceptado, así como el costo de lo no aceptado”, indicó Pulido.
Para evitar que casos
como el del profesor Jeréz se repitan, los expertos concluyen la mejor salida es el diálogo con los
estudiantes, pues la unión de esta práctica junto al establecimiento de procedimientos mancomunados
entre la familia, los planteles y el Estado permitirán disminuir los índices de
violencia escolar en las instituciones educativas.
“Los casos que han generado resultados positivos son aquellos en el que el colegio se hace consciente del problema y le dedica tiempo, no coloca un taller puntual ni coloca por encima las gaitas o la semana del colegio. También es necesaria la participación de los docentes, de la familia. Tiene que ser una política de Estado”, concluyó el representante del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UCAB, Carlos Trapani.
Videos:
“Los casos que han generado resultados positivos son aquellos en el que el colegio se hace consciente del problema y le dedica tiempo, no coloca un taller puntual ni coloca por encima las gaitas o la semana del colegio. También es necesaria la participación de los docentes, de la familia. Tiene que ser una política de Estado”, concluyó el representante del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UCAB, Carlos Trapani.
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Pelea entre dos estudiantes del Liceo Fermín Toro
Documental sobre el cyberbullying o ciberacoso
Fotos:
La mayoría de los salones muestran un claro deterioro, producto de los disturbios dentro del plantel |
Niños de 7mo grado reciben una clase de geografía |
Algunos profesores temen que la delincuencia se robe los mesones de mármol de los laboratorios |
Los laboratorios de química y biología se encuentran desmantelados, por lo que los alumnos no reciben prácticas en dichas materias |
El salón de baile es uno de los que permanece en mejor estado |
El comedor se encuentra en buenas condiciones |