sábado, 18 de mayo de 2013

Reportaje

Expertos proponen un plan mancomunado para detenerla

Violencia escolar: un tren que avanza sin parar


Diversos especialistas coinciden en que el origen del problema se halla en el ambiente familiar donde se desarrollan, así como a la falta de valores que se deben promover desde su núcleo

 
La amplitud de sus pasillos y columnas resaltan
lo imponente de la construcción, a pesar de los daños
evidentes que muestra la estructura
El Liceo Fermín Toro se caracterizó durante muchos años por ser un baluarte de grandes pensadores y figuras del acontecer nacional. Junto al Liceo Andrés Bello y el Gustavo Herrera, este plantel fue uno de los liceos públicos más codiciados del país. Hoy, la institución ha sido un bastión para la propagación de la violencia escolar, situación que se agrava ante la escasez de políticas mancomunadas que intenten disminuir los conflictos en el plantel y fomentar la cultura de paz.
 
Según una investigación hecha por el Centro Gumilla en 2010, el 73 % de los estudiantes de los planteles públicos y privados del área metropolitana de Caracas ha presenciado situaciones violentas dentro de su casa de estudio. Entre las razones por las cuales pelean, 51 % de los encuestados asegura que fue por enojo y un 28 % como respuesta al haber sido golpeados, seguido de un 25 % que asegura que se deben a peleas en grupo.
 
El caso más conocido de violencia dentro del plantel fue el del profesor Robert Eduardo Jeréz, de 30 años de edad, quien en 2011 fue golpeado brutalmente por un grupo de estudiantes de bachillerato cuando se disponía a entregarles notas a sus alumnos de primer año. “Robert es el octavo profesor agredido en esa institución en dos años”, reseñó Deivis Ramírez al diario El Universal deCaracas.

Una funcionaria del plantel, quien prefirió reservar su nombre, informó que otros profesores fueron agredidos entre 2011 y 2013 sin que estos casos salgan a la luz pública. “El profesor Oscar Herrera también fue víctima de una golpiza tremenda, acudió a fiscalía, al distrito escolar y a todos los canales regulares, pero no obtuvo respuesta alguna por parte de las autoridades”, indicó la trabajadora.

Pero la violencia no solo se dirige a los docentes. Dentro del plantel, muchos estudiantes son víctimas de ataques por parte de otros compañeros, quienes intentan imponer su superioridad sometiéndolos a sus órdenes mediante golpes, insultos y agresiones con materiales de la institución educativa.
 
“Ahorita hay un problema entre un niño que vengo tratando desde hace cuatro años y unos representantes, cuyos hijos fueron agredidos con nitrato de plata. El muchacho violentó el departamento de química, tomó el componente y lo vertió en la cara de sus compañeros. Los padres van a acudir a la fiscalía, pero ya mi trayectoria en el liceo me permite ver que aquí lo que prospera es la impunidad”, aseveró la empleada.

 


Una estatua de Fermín Toro permanece rayada por
grafitis en la plaza que lleva su nombre
A toda esta situación se le agrega la presencia de drogas y prostitución, elementos que catalizan la violencia dentro del plantel.

Según el personal del liceo, estos delitos son manejados por personas externas a la institución.
“Las niñas le cobran a sus compañeros de clase por tener sexo con ellos y con personas de afuera. Hay muchachas que invitan a otras porque son remuneradas y las van envolviendo en la prostitución. Estas tienen personas que las captan para eso y ejercen afuera, pues este es el centro de operaciones de ese grupo”, agregó la trabajadora del plantel.
 
Para algunos expertos en la materia, la raíz de la violencia escolar se debe a que la escuela tiene un área limitada de toma de decisiones, pues la institución solo puede actuar ante actos de desobediencia mediante procedimientos pedagógicos. Cuando existen hechos violentos, el plantel tiene el deber de denunciarlo ante las autoridades, lo cual pone en peligro la integridad física de los docentes en caso de que los victimarios pertenezcan a bandas delictivas.
 
“Si el adolescente comete delitos, la escuela no puede intervenir porque no son policías y una respuesta inadecuada puede generar problemas entre el victimario, la víctima y el entorno. Pero desde mi punto de vista, al momento de hacer las denuncias el tribunal debe tomar medidas de protección contra el denunciante y la institución”, afirmó el coordinador de proyectos del Centro de Investigaciones Jurídicas de la UCAB, Carlos Trapani.
  
Para la ex ministra de la Familia y socióloga, Mercedes Pulido, la raíz del problema radica en el ambiente violento en el que se desarrollan los niños, donde no existe algún tipo de credibilidad por la autoridad ni respeto por las normas, factor que se une a la escasez de actividades extracurriculares que aumentan el ocio.

Unas escaleras, ubicadas en un sector alejado del plantel,
son utilizadas como urinario
“En la medida en la que no se tiene una valoración del ambiente educativo de los liceos, donde se han eliminado las actividades particulares, los clubes de ciencias y de tecnología,  las alternativas de expresión de tendencias son muy pocas. Por eso la solicitud de ingreso a las orquestas juveniles e infantiles es altísima, porque los padres lo que quieren es que el niño esté haciendo algo”, agregó la ex ministra.
 
Otros aseguran que la fragmentación de la familia venezolana y la ausencia de la figura paterna o materna dentro del núcleo familiar es otro catalizador de la violencia, pues los niños se forman sin ningún tipo valores y con pocos referentes dentro de la familia.
 
“Hay que agregar que los niños no solo viven con los padres, sino también con los abuelos o tíos. Hay un núcleo familiar extendido, donde no se establecen límites o se tienen diferentes lineamientos. Al tener la mamá unas normas y las tías o abuelas otra, el niño crece sin acostumbrarse a respetarlas. No las sigue porque es más fácil quebrantarlas”, afirmó la psicopedagoga Anabel Silva.
 
La funcionaria del Fermín Toro coincide con esta afirmación, al indicar que la violencia forma parte del día a día de los estudiantes y es la única forma de resolver sus conflictos. “No tienen otra forma de comunicarse sino a través de la violencia física, verbal y psicológica. Aquí hasta el trato diario, para saludarse con sus amigos, es violento y con insultos”, agregó.
 
En el caso del profesor Jeréz, este acudió a los organismos competentes, realizó las denuncias y no recibió respuesta alguna, lo cual lo llevó a presentarse ante los medios de comunicación. Al darse a conocer su caso, el maestro recibió amenazas por parte de la ministra de Educación, quien le advirtió que rescindiría su contrato si seguía acudiendo a los medios.
 
“Al muchacho que lo agredió, de nombre Danny, le tuvieron que pasar las materias por control de estudios y lo terminaron graduando de bachiller. Ese fue su premio por su agresión”, informó la funcionaria del liceo.

Lo que antes era la casa del mayordomo del colegio,
hoy se reduce a solo las bases
Los expertos coinciden en que para abordar el tema de la violencia escolar se debe tener una cooperación entre la familia, el plantel y las organizaciones, pero para ello requieren de una respuesta contundente de las instituciones del Estado cuando se cometen hechos delictivos, como en el caso del profesor Jeréz.
 
“Se está generando en la institución educativa esa sensación de impunidad. La ley no genera impunidad, lo que la genera es la interpretación de la misma, la falta de políticas y la debilidad estructural del Estado”, señaló Trapani.



El bullying: una nueva forma de violencia
 
El bullying, término que en inglés significa intimidación, es una práctica recurrente en el sistema educativo venezolano. Se caracteriza por la burla sistemática entre los jóvenes, así como la humillación permanente por las condiciones físicas, raciales o sociales del afectado.
 
Otra práctica relacionada con el bullying es el uso de las nuevas tecnologías para acosar a un individuo mediante ataques por correo electrónico, las redes sociales y los teléfonos móviles. Esta práctica es conocida como cyberbullying o ciberacoso.
 
“Tuvimos un caso en el 2008 en el que unos estudiantes pusieron a rodar fotos de una muchacha de 5to año desnuda. Imprimieron sus fotos y las pegaron en las columnas del patio. La muchacha tuvo que ser asistida psicológicamente y casi se retira del plantel”, aseveró José Manuel Rodríguez, coordinador de bachillerato del Colegio Fray Luis de León, ubicado en Caracas.
 
Para la psicopedagoga Anabel Silva, tanto el acoso como el ciberacoso tienen el mismo origen de la violencia escolar: la familia. A su juicio, la escasez de valores en el núcleo familiar fomenta la burla como instrumento para obtener respeto y sentir superioridad sobre otros.

“No hay respeto en la familia, ni hacia tíos, ni abuelas, ni hermanos, por lo que aprenden que el modo de vida es burlándose y riéndose de las debilidades de otros. Así se vuelven un ser acechador y nocivo para cualquier ambiente escolar”, agregó Silva.
 
Al ser un problema surgido en los últimos años, producto de los avances tecnológicos, no existe una ley en Venezuela que lo regule, por lo que las víctimas de esta práctica carecen de respaldo legal ante los organismos competentes. “Para la ley de la mujer si está establecido el acoso, pero para los varones no existe”, señaló Trapani.
 
Para Mercedes Pulido, el surgimiento del bullying y el cyberbullying como práctica recurrente en los planteles plantea un nuevo escenario para los entes involucrados, pues la discusión del tema es la única alternativa para solucionarlo.
Restos de basura permanecen en un salón, a la espera
de ser recolectados
 “El gran problema es que no puede ser un problema oculto, tienes que hablar de él públicamente, sino no hay escogencia entre el bien y el mal”, añadió.
 
Carlos Trapani, quien es también secretario general de Cecodap, coincide con esta afirmación e indicó que la responsabilidad en el tema del bullying le compete a todos. “El Estado no puede solo en el tema del acoso, tiene que haber una cooperación entre Estado, familia, escuela y sociedad. Es una responsabilidad mixta”, recalcó.
 

 
Soluciones al problema
 
Un informe publicado por Unicef en 2011 señala que el Estado debe promover la pluralidad dentro de los planteles y el respeto hacia las diferencias, mediante actividades que fomenten el reconocimiento de las diferencias y la diversidad en los planteles.
 
Unicef también apunta que el Estado debe impulsar investigaciones que expliquen la violencia escolar desde ópticas particulares, así como tratar los temas estructurales relacionados con ella, tales como la discriminación y los problemas familiares.


Según los trabajadores, la población del Liceo Fermín Toro
es de 1800 estudiantes aproximadamente
La funcionaria del Fermín Toro señala que la solución para los liceos venezolanos es el fortalecimiento de las autoridades y la toma de decisiones, algo que va más allá de lo planteado por Unicef, pues los hechos de violencia en esta y otras instituciones educativas trascendió a lo delictivo, lo cual debe ser sancionado con la ley antes de que los representantes cobren la justicia por sus propias manos.
 
Para Mercedes Pulido, la solución a la violencia escolar pasa por el reconocimiento de la misma como un problema y no referirse a ella como una tendencia, tal como lo aseguró la ministra de Educación, Marian Hanson.

“Al discutirse públicamente el problema se tiene que ir al debate, de donde tienen que surgir los parámetros de lo aceptado y de lo no aceptado, así como el costo de lo no aceptado”, indicó Pulido.
Para evitar que casos como el del profesor Jeréz se repitan, los expertos concluyen  la mejor salida es el diálogo con los estudiantes, pues la unión de esta práctica junto al  establecimiento de procedimientos mancomunados entre la familia, los planteles y el Estado permitirán disminuir los índices de violencia escolar en las instituciones educativas.

“Los casos que han generado resultados positivos son aquellos en el que el colegio se hace consciente del problema y le dedica tiempo, no coloca un taller puntual ni coloca por encima las gaitas o la semana del colegio. También es necesaria la participación de los docentes, de la familia. Tiene que ser una política de Estado”, concluyó el representante del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UCAB, Carlos Trapani.

 Videos:
 
Pelea entre dos estudiantes del Liceo Fermín Toro

 
Documental sobre el cyberbullying o ciberacoso

Fotos:

La mayoría de los salones muestran un claro deterioro,
producto de los disturbios dentro del plantel

Niños de 7mo grado reciben una clase de geografía



Algunos profesores temen que la delincuencia se robe
los mesones de mármol de los laboratorios

Los laboratorios de química y biología se encuentran
desmantelados, por lo que los alumnos no reciben
prácticas en dichas materias

El salón de baile es uno de los que permanece en mejor
estado

El comedor se encuentra en buenas condiciones